Revisiones a fondo

Llevo dos novelas revisadas este verano, una corta y una larga. Agosto termina mientras termino de repasar la novela extensa, escrita hace más de veinte años y revisada alguna que otra vez a lo largo del tiempo.  La de ahora es una revisión a tumba abierta, apremiada

por los plazos y con menos tiempo que oficio para dedicarle. La pereza me la volvió a sacudir el acicate de los concursos literarios, con lo que el premio seguro ya es la mejora del texto (podar, desincrustar y pulir, bien lo saben mis compañeros de fatigas escritoras). ¿El balance? Puede decirse que me deja contento el verano en este aspecto correctivo. Aunque también me deja una reflexión. Lo que me asusta más que el arduo sacrificio de tantas páginas, más que lo mucho que había que mejorar, más que las correcciones tan profundas, es como hace no tanto tiempo podía haber dado por buena una versión anterior de las novelas una versión anterior de mí. Si consigo que no me vuelva a pasar, tendré mucho adelantado.