RAÚL CASTAÑÓN DEL RÍO

ESCRITOR

 
 
 

Apremios

Dar por terminada una colección de relatos exige siempre un cierre adecuado. Un remate temático, en este caso. A veces también exige un acicate para no demorarse demasiado. Un concurso literario con plazo urgente, por ejemplo. Yo este certamen lo había descartado en principio por parecerme inviable en tiempo. Pero luego me di cuenta de que podía aprovechar el impulso que traía con todo el montante del libro y esprintar por el premio (mi primer premio en estos casos, lo he dicho ya, es crear para la ocasión). Hasta ahí, todo bien en teoría. Pero me topé con un imprevisto recorte de tiempo. El plazo expiraba en domingo

y ahora resulta que los sábados ya no abren las oficinas de Correos. Dos días menos cuando no me sobraba ni medio. Pues inmersión intensiva y que saliera el sol por Antequera, a ver qué otra cosa podía hacer si no. Lo que salió fue un broche bastante honroso para lo perentorio y para lo que yo puedo dar de sí. Un ejercicio literario extenuante, cuasi infartante, que espero no repetir. Al final pude certificarlo en la oficina dos minutos antes del cierre, en pleno puente del Pilar. Con tiempo todo sale mejor, pero al menos pude contar lo que quería y demostrarme a mí mismo que podía con el apremio del premio.
Parafraseando a Lope de Vega, que empresa de tanta gloria, solo intentarla es victoria.
Y a todo esto, un saludo a Gonzalo. Que, como hablamos por azar en el tren, la literatura se hace realidad muchas veces; aunque parezca mentira.

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