RAÚL CASTAÑÓN DEL RÍO

ESCRITOR

 
 
 

Pasos

Aunque siempre placentero, esta vez se me ha hecho un tanto raro. Yo creo que es por haberse invertido de algún modo el proceso. Viajar con el libro de ese viaje ya escrito. Una extraña sensación. Pero supongo que hay una primera vez para todo. Si no fuese porque lo de para siempre es siempre impredecible y mucho decir, diría que hay un fin de ciclo literario en mi Sur. Toda mi producción andaluza

está escrita. Todo lo que siento. Todo lo que tenía que decir al respecto. Ahora mismo, tengo el convencimiento de que solo podría reformular un sentimiento invariable y ya no estoy para muchas tautologías. Pero el asunto es más amplio y diverso. Se me solapan también los cambios inminentes en mi propia ciudad. Cambios de vida que van contigo adondequiera. Yo mismo he cambiado mi forma de conducirme en el viaje. Ya no soy tan retentivo ni tan grafómano ni tan productivo. Prefiero dejarme sorprender por los albures y con los reflujos. Luego ya procuraré sorprender y emocionar a mi vez con algo, si no leer, que al menos me merezca la pena escribir.

En fin. Cuando me asiente en la nueva etapa personal, ya veremos por dónde me llevan las escrituras pendientes. Aunque preveo que no será por mi constructo sureño. A no ser, claro, que Carla intervenga vía anecdotario abriendo nuevos caminos en esa su geografía. La creo muy capaz, dicho sea de paso.

Y hablando de pasos, sí que he dado un paso más en mi ciudadanía de la bahía de Cádiz. Gracias primeramente a la administrativa que me tramitó pacientemente el papeleo (no retuve su nombre), a Noelia en una ocasión y a Rocío algunas más, por atenderme en el centro de salud de junto a mi hotel. No era la primera vez que Andalucía me curaba las heridas, pero sí ha sido la primera vez que me cura una herida del cuerpo. Y siendo la enfermera de San Fernando, pues eso, otro círculo bien cerrado también.

Comentarios potenciados por CComment