Mi canción del verano
La tempestad siempre termina llegando a la estación de la calma. El verano presente está siendo un presente, un verdadero regalo de tiempo en sosiego. Todo un amor de verano, un amor permanente por la vida tranquila y la cosecha interior, a veces comunicada. Emociones fuertes, parafraseando a Joaquín Sabina, buscadlas en otra entrada del blog (esta la voy a ilustrar con un corazón de tiza en el camino, a diferencia de la pared de Radio Futura, valga este otro matiz musical). Aunque en todos los viajes se cambia de estación y
por ello pronto puedan presentarse, publicadas o no, nuevas emociones que disfrutar con intensidad. Con ese brillo especial de los episodios mejores de la andadura. Se dice, se comenta que así puede ser. Citando ahora a Rubén Blades: por favor, manténganse en sintonía.
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