Sangre

Existen caminos y territorios que no por conocidos pierden sus propiedades. Propiedades naturales y curativas, apuestas seguras contra las sacudidas de incertidumbre a las que estamos expuestos de continuo todos. Particularizando, estaciones de recarga y puntos de refuerzo a medida: la calma más personal en medio de la vorágine cotidiana. Puras raíces de paz. En esta ocasión

, la visita a la sangre de los orígenes coincide, entre otras adversidades, con la plena guerra comercial y la sacudida bursátil a nivel mundial. Y se dramatiza lo justo en nuestro petit comité de pueblo más bien despoblado. Puede pensarse que es por una cierta lejanía de esa crisis en concreto, pero no. También los incidentes de actualidad más cercanos e indeseados en un pueblo tan pequeño llegan a darse. Amortiguados, eso sí por la medicina natural antedicha. Problemáticas no tachadas, pero sí emborronadas, percibidas como tras un velo reverdecido de primavera o un cañizo entretejido de sol.

En la aminorada escala de estos pueblos refugio siempre se recupera terreno y nunca llega la sangre al río.