Tras repasar parte de mi archivo de apuntes encuentro que lo que mejor encaja con el nuevo proyecto es (valga la paradoja) un proyecto anterior, fechado once años atrás y alimentada todo ese tiempo su densidad con muchos apuntes sucesivos. Todos estos particulares prefiguran un ejercicio novedoso, casi experimental. Será una obra retrospectiva, algo así como un banco de recuerdos, mentales o fijados por escritos en su día. Sé que lo acabaré en plazo y que el resultado me satisfará por la sola realización de una obra inconclusa, pero también sé que me excederé del formato y que tendré que recortar y elegir bien. Lo que ya no tengo tan claro es precisamente eso, acertar con la representatividad de los textos, entresacados de los vericuetos de la memoria y de mil cuadernos de notas que se van imbricando entre sí para mi asombro. Seleccionar entre tanto y entre un ataque de la hipersensibilidad creativa se hace realmente difícil. Y en esas estamos.