RAÚL CASTAÑÓN DEL RÍO

ESCRITOR

 
 
 

Provisiones vs. previsiones

Tras un mes de otoño la situación de la pandemia sigue según lo previsto; es decir, empeorando. Todos tenemos más miedos y menos libertad que antes. A falta de soluciones, toca, otra vez, apañarse como se pueda en este maremágnum de incertidumbre negativa. Cada cual a su manera, pero

arreglárselas para pasar el mal trago lo mejor posible. En mi caso, la receta de siempre aplicada a medias. Con mi ciudad también confinada, lo de viajar, que ya era de por sí desaconsejable antes del cierre, queda descartado a día de hoy. Pero también queda la otra mitad. Literatura. Libros. Por leer y por escribir. Mi acopio de papel no será higiénico –o sí, pero en otro sentido de pura higiene mental–. Acumulo libros por leer y por escribir, y por ende mucho papel empaquetado. Acabo de pedir un cargamento a mi proveedor habitual, no sea que se me acabe el papel antes que la inspiración. O que las correcciones incontables necesarias para transformar en libros los folios.

 

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