RAÚL CASTAÑÓN DEL RÍO

ESCRITOR

 
 
 

Legado

Si los pones por escrito, quedan en muy pocos los hasta siempre. La simplificación ayuda y sosiega.
Sorprende comprobar lo poco que cuesta y la tranquilidad que da dejarlo todo en su sitio –por duplicado mejor, que nunca se sabe–. Libros, anotaciones, escritos, discos, carpetas clasificadoras de recuerdos, material informático…  

Cada cosa tiene su depositario y su administrador idóneo. Todo en orden, pase lo que pase. Y luego ya, que salga el sol por donde sea.

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