RAÚL CASTAÑÓN DEL RÍO

ESCRITOR

 
 
 

Enredos

Otoño. Más tiempo de recogimiento casero. Más dedicación para la escritura; reescritura, en este caso. Porque, a falta de otras aventuras de más calado, continuamos con la revisión higienizante de textos pasados. Lo que llevo escrito con los años es bastante cuantioso en número, pero también inconsistente en buena parte (por suerte casi toda mi obra sigue inédita, no hay mal que por bien no venga). Recuerda un poco a una población prolífica y diseminada por instinto, sin directrices

claras ni solidez logística para el asentamiento firme. Desde luego, es preferible avanzar poco y con más respaldo para afianzarse con las líneas juntas y cohesionadas; eso en cualquier terreno y orden de cosas. La teoría está clara y me parece indiscutible. Lo malo, que está reñida con la espontaneidad y el impulso que caracterizan mi completa falta de estrategia para todo. Y en esos dilemas andamos, enredados entre tentativas y rotativas sin cuento. Anotando asomos de ideas, corrigiendo historias rotatorias, escribiendo y reescribiendo el pasado sobre el altar siempre fugaz del presente. Sacrificios literarios a Cronos.

Mientras tanto, el mundo gira imparable. Cambiamos de estación sin apearnos y ahora vemos pasar el otoño en toda su esencia. Y que salga el sol por Antequera.

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