RAÚL CASTAÑÓN DEL RÍO

ESCRITOR

 
 
 

Radios de alcance

Últimamente los viajes se me quedan cortos. O en días o en kilómetros. Sobre todo para mi marcada, incorregible orientación Sur. Aunque esta vez, llegar hasta Mérida no es <<peccata minuta>>. Ni mucho menos. Una ciudad de capital importancia romana que

me gustó cuando la descubrí y a la que llevaba años sin volver porque siempre tiraba de largo, más al sur todavía. Echar la vista atrás me retrotrae al ya lejano 2006 (de nuestra era, al menos). Era junio mundialista y yo debutaba en los viajes por premios literarios; Badajoz, un pequeño pueblo por la comarca de La Serena, tren animoso hasta Mérida y el descubrimiento bárbaro de tanta Roma en Hispania; uno también tiene sus propias mitologías. Fue muy poco antes del Cádiz iniciático, bautismal del puente de la Hispanidad de aquel año. Descubrimientos en tierra de descubridores, conquistas y reconquistas del tiempo vivido con algún provecho. Y de resultas, eso: cojungar pasiones viajeras y literarias, y el descubrimiento dorado del extremo sur de la Ruta de la Plata. Constructos, puentes, paralelismos de viajes y lugares imbricados a lo largo del río vital. Había que reseñarlo.

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