Profecía en tierra propia
La profecía se cumplió, no porque yo sea –que en absoluto lo soy– profeta en mi tierra, sino porque los programas, cuando son cumplidores, nunca mienten. Caso del programa de Libroviedo, la feria del libro de mi ciudad, en cuya edición de 2022 pude participar. Y lo hice con mucho gusto, excelentemente bien presentado por (tanto montan) Miguel Sanz Ovies, historiador del Real Oviedo y responsable del área social del club y Javier Gámez Carmona, secretario de Tribuna Ciudadana. Los dos muy representativos de la vida cultural de Oviedo, así que no pude elegir mejor compañía sobre el estrado. Nos acompañaron en el acto un buen número de amigos interesados por el libro, pese al horario, tempranero todavía y entre semana. Pero lo importante fue volver a la normalidad literaria pospandemia, con eventos, presentaciones y concurrencias sin restringir.
En el caso de DORSAL 12 nos hubiera gustado poder alargar el encuentro con los asistentes, con intervenciones del público a discreción, como cuando organizamos las presentaciones por libre, en reuniones más familiares y distendidas; pero todo ya se sabe que no se puede tener. Y LibrOviedo tiene mucha profesionalidad, mucho cartel, mucho contenido en pocos días. Encajar ahí, aunque no sea con el mejor día ni la mejor hora, prestigia mucho por un lado y limita por otro en cuanto a tiempo. Cuestiones de agenda. Y de resultas, eso que nos llevamos. Cumplir con una presentación pendiente por la dichosa pandemia –con un libro escrito en buena parte durante la misma– y hacerlo en mi tierra, mi ciudad, mi casa. ¿Habrá quién dé más para esta vuelta a la rueda de la normalidad literaria?
Imagen superior, Javier Gámez Carmona, un servidor y Miguel Sanz Ovies.
Imagen inferior, con Mar Prieto, coordinadora de Libroviedo, propietaria de la librería Reconquista y presidenta de la Asociación de Libros de Oviedo.
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